"El reflejo"
La
tapia radiante de luz desprendía calor. Al pasar, las ramas sobresaliendo sobre ella aliviaban con su sombra el calor de mediodía.
Bajaba la cuesta como siempre después del trabajo, con prisas porque el tren pasaría en escasos minutos. Las nubes a lo lejos alineadas sobre los campos de naranjos, era una estampa preciosa que le gustaba mirar.
La campana del paso a nivel se oyó fuerte, vibrante, iba pensando en sus asuntos y siguió su camino.
Un destello del sol sobre unos cristales en la vía le hizo detenerse en seco.
Y
el tren pasó y movió su pelo.
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Valencia. España.
Pero... pudo pasar o...?
ResponderEliminarLa vida a veces te da una segunda oportunidad y no deja que te vayas... aún.
EliminarNos has dejado con esa duda al detener ahí tu relato ¡bravo!
ResponderEliminar¡Gracias!
Eliminaruyyyyy! por pelos!!
ResponderEliminar¡Exacto! Una milésima de segundo...
EliminarPues hay trenes que soló pasan una vez ...ojo !
ResponderEliminarEl dilema en la vida... ¿Subes o lo dejas pasar?
EliminarSe me haba parado la respiración!!!! pero al final, solo se agitó el pelo.
ResponderEliminarMuy buen relato. Increscendo en cada palabra el desasosiego.
¡Enhorabuena!
¡Gracias!
EliminarCon prisa no siempre se llega . Me encantas
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