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Mostrando entradas de agosto, 2022

"El Molinar"

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                                                                            Homenaje a mi padre, que tal día como hoy nació en "El Molinar".                                                                       Francisco "Paco" Samper Baldó (1926 - 2020) "Vaig nàixer en el Molinar , l’any de la “nevá grossa” en 1926. Amb tot just quatre mesos la meua mare no va poder continuar allentant-me i davant l’escassetat  i afectats per la incomunicació el meu tio no va dubtar a obrir-se pas entre la neu i donar avís que les famílies necessitaven ajuda. El meu pare era contramestre d’una de les fabriques tèxtils. Imagine a la meua mare esperant-ho   tots apinyats al voltant del foc en les fredes nits de muntanya en aquella casa dels treballadors. Ara, quan tot són ruïnes d’un passat industrial només la nostàlgia impregna els records". "Yo nací en el Molinar, el año de la gran nevada en 1926. Con apenas cuatro meses mi madre no pudo continuar amamantándom

"El olor de los recuerdos"

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  Hay aromas, perfumes que con tan solo pensar en ellos ves las flores o recuerdas el momento. Tumbada, cierro los ojos y pienso en el azul del mar, en el verde del campo… -¿Estás oliendo lo mismo que yo?  ¡Juguemos! Te digo un color y dime ¿Qué piensas?  ¡Rosa! -Chuche. -¡Gris! -Humo. -¡Verde! -Hierba recién mojada . -¡Azul! -Mar. -¡Naranja! -Sol, felicidad, calor sobre mi piel… Y si te digo ¿Higuera? -La higuera huele a verano, ese olor denso, ¡dulzón! Sigo tumbada… y me dejo llevar una vez más… -¿Y los sueños?… ¿de qué color son? ¿a qué huelen los sueños?... "Recuerdo proustiano " (Marcel Proust)                                                        Para nuevas suscripciones, enviar a  marypoppins16@hotmail.com - asunto:  suscripción "La magia en cien"                                    Para darse de baja, enviar a marypoppins16@hotmail.com - asunto: baja suscripción "La magia en cien"                                    

"¡Tengo sed!"

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  Pienso en las calles del casco antiguo con las fuentes en las fachadas, las piletas en curva. Recuerdo a mi padre refrescarnos la frente y nuca en días calurosos de verano. Sólo desde la distancia y la nostalgia de mi niñez pienso en esas fuentes que salpicaban las calles de los pueblos, que daban vida con la música de su chorro al caer. Al volver por esas calles, muchas de esas fuentes en ruinas me evocan aquel esplendor que mantengo en la memoria, otras me asombran al verlas en tan buen estado, pero ni una sola gota sale de ellas. Sigo mi paseo y descubro una en un rincón, espero la misma suerte, pero al abrirla un chorrito tímido con su atropello al salir moja mi mano, la abro del todo y cuando el frescor inunda la fuente acerco mis labios para refrescarme y beber. ¡Hace calor!  

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