"La vacunación"
Vivíamos tiempos extraños, situaciones raras, a veces difíciles de encajar en nuestra vida, en la nueva rutina a la que nos habían acostumbrado a la fuerza.
Las personas se colocaban de pie
alineadas.
Desde la fila; se miraban entre
ellas sin decirse nada, veían a la gente pasar, algunas se saludaban acercando
sus codos, los más atrevidos chocaban sus puños en un gesto cariñoso. Era
inevitable observarlas. Permanecían en silencio, esperando su turno. Todos
llevaban la sonrisa tapada, era obligatorio. En algunas de ellas y en sus
miradas se apreciaba preocupación, en otras satisfacción.
La inoculación masiva fue una
realidad.
Es agotador, se ha perdido mucho, no somos conscientes. Las enfermedades mentales irán apareciendo poco a poco. Esta es nuestra guerra, la que nunca tuvimos. María Ángeles, habla con quien tengas que hablar para que todo esto acabe ya.
ResponderEliminarMe pongo a ello.
EliminarVaya!!! Sí que te ha salido distópico!!! Acongoja!😉 Al menos la Tierra permanece aún inmutable...hay esperanza. Después de la noche...amanece...que no es poco...
ResponderEliminarMuchas veces hay que tomar perspectiva para ver la realidad.
EliminarNo sé qué decir.
ResponderEliminarEs cierto que el panorama es desolador e incluso me pregunto si volverá a ser cómo antes.
Pero esto de la vacunación masiva, en fila y por c..., o lo que es peor, aludiendo a la responsabilidad y solidaridad....Tampoco sé si lo veo.
Todo lo demás, parece que es de mal ciudadano.
En esta ocasión, aunque no dices como acaba la cosa, el que escribas en "pasado" es una buena noticia. Al menos el tiempo, a permitido que tú lo cuentes.
ResponderEliminarLas consecuencias de futuro no se conocen todavía...
¿Nos las vas a contar?
Yo también llena de sentimientos encontrados. Mi yo rebelde no para de hacer preguntas y las respuestas son confusas y contradictorias. Al final, hastiada, acabo metida en casa y a lo mío, o si salgo a la calle con la boca y la nariz tapada, como parece que quieran que acabemos, mudos y sin oler el hedor que sale de las cloacas. ¡Porca miseria!..... pero habrá que inocularse al bicho, si.
ResponderEliminarEn estos momentos lo que verdaderamente me angustia es el no saber a ciencia cierta de donde procede el virus. Estamos demostrando nuestra resilencia pero ,..., el futuro que nos depara será peor o habrá servido de algo lo que nos ha tocado vivir?... Me asustan las armas que tiene el ser humano en su poder, y no precisamente las que disparan... Si alguien lo sabe, que me diga de donde nos ha venido y me quedaré más tranquila.....
ResponderEliminarM. Angeles , Help¡¡¡¡
Ahi lo dejo...
Cuando me fui a vacunar había como una histeria colectiva. Todos muy nerviosos,con muchas bromas y risas tontas.
ResponderEliminarTodo fue muy rápido, no te daba tiempo a pensar cuando entrabas ya en el centro.
En dos minutos ya estábamos vacunados y pensabas: que Dios reparta suerte.🤦