"Para Elisa"
Ella prepara café, conecta la radio, suena música clásica.
Oye a su madre arrastrando sus pies, como si la vida hubiera puesto toda la carga sobre ellos. Ajena al tiempo,
sigue su camino.
Ella la mira a sus ojos profundos y
vivarachos, en su cara surcada de vida, a pesar de los años y de los palos en
el alma.
El olor del café recién hecho la devuelve
a la realidad. Se dan un abrazo profundo, sentido, valorando lo que tienen.
Mientras una sonrisa ilumina su cara, una lágrima resbala por la mejilla de su
madre.
Y sigue sonando Beethoven...
Entre lágrimas, madre e hija, por cómo has visto nuestros corazones y nos has acariciado el alma.... no tengo palabras...gracias, amiga, por tu reconfortante e inesperado regalo 💖
ResponderEliminar¡Gracias! Un fuerte abrazo
Eliminarmuy bonito, enhorabuena Maria Ángeles!
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarY si conocieras a mi mami, que, como la suya, siempre han sido madres de las dos..más verías cómo ha captado y reflejado su magia 🙂
EliminarTan reconfortante...
ResponderEliminarEl olor a café, el abrazo profundo. Y mucho más reconfortante saber que se tienen.
Ahí reside la cuestión, aprender a valorar lo que tenemos y vivirlo!
EliminarMadre e hija, almas gemelas, comunicación.... sólo una mirada, el gesto lo encierra todo, complicidad al 💯%... madre sólo hay una. Ay !! si los momentos cafeteros pudieran ser escritos....
ResponderEliminarUna vez más, genial M.Angeles
Esos momentos siempre permanecerán en nuestra memoria.
Eliminar¡Gracias!
En tu magia de este domingo veo que hay una destinataria ¡Qué envidia ! Se tienen, ahí está el regalo. A pesar de los olvidos, la tristeza, y todo lo que acarrea esa enfermedad, se tienen.
ResponderEliminarEnhorabuena.
¡Gracias!
EliminarUfff!!
ResponderEliminarM Àngeles, reina, es brutal!!
Por un momento me he llamado Elisa y he visto rodar esa lágrima por la mejilla de mi madre y por la mía a deshora, para que ella no lo perciba.
Es a lo que a diario me enfrento, que me apena y alegra a la vez.
Mil gracias!!
A veces la vida nos enfrenta a una realidad que jamás hubiéramos imaginado. Vívela con agrado y más si se trata de una madre. La mía lamentablemente ya se fue.
Eliminar¡Un abrazo!