"Para Elisa"

 

Ella prepara café, conecta la radio, suena música clásica.

Oye a su madre arrastrando sus pies, como si la vida hubiera puesto toda la carga sobre ellos. Ajena al tiempo, sigue su camino.

Ella la mira a sus ojos profundos y vivarachos, en su cara surcada de vida, a pesar de los años y de los palos en el alma.

El olor del café recién hecho la devuelve a la realidad. Se dan un abrazo profundo, sentido, valorando lo que tienen. Mientras una sonrisa ilumina su cara, una lágrima resbala por la mejilla de su madre.

Y sigue sonando Beethoven...

 diamundialdelparkinson

 

Comentarios

  1. Entre lágrimas, madre e hija, por cómo has visto nuestros corazones y nos has acariciado el alma.... no tengo palabras...gracias, amiga, por tu reconfortante e inesperado regalo 💖

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  2. muy bonito, enhorabuena Maria Ángeles!

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    1. Y si conocieras a mi mami, que, como la suya, siempre han sido madres de las dos..más verías cómo ha captado y reflejado su magia 🙂

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  3. Tan reconfortante...
    El olor a café, el abrazo profundo. Y mucho más reconfortante saber que se tienen.

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    1. Ahí reside la cuestión, aprender a valorar lo que tenemos y vivirlo!

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  4. Madre e hija, almas gemelas, comunicación.... sólo una mirada, el gesto lo encierra todo, complicidad al 💯%... madre sólo hay una. Ay !! si los momentos cafeteros pudieran ser escritos....
    Una vez más, genial M.Angeles

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    1. Esos momentos siempre permanecerán en nuestra memoria.
      ¡Gracias!

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  5. En tu magia de este domingo veo que hay una destinataria ¡Qué envidia ! Se tienen, ahí está el regalo. A pesar de los olvidos, la tristeza, y todo lo que acarrea esa enfermedad, se tienen.
    Enhorabuena.

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  6. Ufff!!
    M Àngeles, reina, es brutal!!
    Por un momento me he llamado Elisa y he visto rodar esa lágrima por la mejilla de mi madre y por la mía a deshora, para que ella no lo perciba.
    Es a lo que a diario me enfrento, que me apena y alegra a la vez.
    Mil gracias!!

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    1. A veces la vida nos enfrenta a una realidad que jamás hubiéramos imaginado. Vívela con agrado y más si se trata de una madre. La mía lamentablemente ya se fue.
      ¡Un abrazo!

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