"Mozart"
Hacía un día soleado que invitaba al paseo. Todo dispuesto, el calzado adecuado, las prendas oportunamente elegidas y apropiadas para la ocasión.
Me hacía mucha
ilusión el encuentro, tanto había oído hablar de él que conocerle colmaría mi
curiosidad.
Llegamos
al recinto y entramos, muchos de aquellos de los que había oído hablar estaban
por allí.
-¡Mira!
Aquí está ¡Sancho!
-¡Hola!
¡Coco!…
Algunos
se presentaban a su manera, mientras nosotros permanecíamos de pie, sonriendo y
saludando con una ligera inclinación de cabeza.
De
pronto hubo un gran revuelo, ¡Mozart apareció!
Y soltándolo su dueño, me agaché y le saludé.
Conocer a un niño prodigio siempre tiene algo de emocionante.
ResponderEliminar¡Tienes toda la razón! En este caso, mi sorpresa fue que Mozart no era un perro San Bernardo o un Golden enorme como hubiera requerido con ese nombre! si no un caniche diminuto ¡muy simpático por cierto!
EliminarMe alegro de haberos creado esta confusión de personajes, esa era mi intención. ☝️😉
Vaya encerrona que nos has metido. Tuve dudas. Eso de soltarlo, me confundió. Gracias a Isabel, todo clarado.
ResponderEliminarPero lo has "contado" muy bien y con bellas palabras. Enhorabuena!!
Confundir, jugar con las palabras y que cada lector intérprete según sienta en ese momento es fantástico, os lo aseguro. ¡«La magia en cien» en todo su esplendor! ¡Gracias!
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