"El camuflaje"

 

 


¡He visto los barcos!”

Al oír lo que le decía a su hermano, reaccioné y en unos segundos, mientras iba corriendo a buscarle gritando “¡Los he visto!”, saqué los regalos de debajo de mi cama y los metí, en un armario minúsculo con toda la velocidad de la que fui capaz.

Cuando los dos levantaron la colcha dijeron - “¡Pero si estaban aquí!”

Yo pregunté con una sonrisa: - “¿Qué había aquí?”

“¡Los barcos que hemos pedido!”

“¡Debe de haberlo soñado porque no están!”

Y dándoles un abrazo les dije: “¡Si los habéis pedido a los Reyes Magos, los tendréis!”

 

 Microrrelato adaptado a 100 palabras presentado al "Certamen de Microrrelatos de Navidad" en su III Edición. Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia) 

            

"El camuflaje" Participar de la ilusión infantil es un sentimiento difícil de explicar. Hace unos años, cuando mis hijos eran pequeños, aquella edad de la inocencia, el camuflar en casa los regalos de Reyes era ardua tarea.

Las inmensas cajas de los barcos de Play Mobil ocupaban un espacio que no había armario en el que cupieran, lo más socorrido era debajo de mi cama, desgraciadamente para mí todavía sin canapé de almacén.

Se acercaba el día y la ilusión y nervios iba aumentando en ellos.

De repente oí que uno de ellos fue corriendo al otro, gritando: “¡He visto los barcos!”, “¡Los he visto!”

Mi cara de estupor fue impresionante y con rapidez saqué los regalos y los introduje, aún no sé ni cómo, en un armario minúsculo con toda la velocidad de la que fui capaz.

Cuando los dos volvieron a levantar los faldones de la colcha los oí decir - “¡Pero si estaban aquí!” Y yo con naturalidad les pregunté con una sonrisa: - “¿Qué había aquí?”

-“¡Los barcos que hemos pedido a los Reyes Magos!” “¡Debe de haberlo soñado porque no están!”

Y dándoles un abrazo les dije: “¡Si lo habéis pedido a los Reyes Magos, los tendréis!”

 

 



Comentarios

  1. La magia va de la mano de la inocencia y la ilusión, ¡qué bonito cóctel!... aunque la realidad es menos sabrosa por desgracia.

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  2. La palabra más repetida en los cuentos: MAGIA. Que lástima, está desapareciendo de esa realidad ficticia pero ilusionante.

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  3. ¡Qué difícil era para los padres mantener esa magia viva!
    A veces me he preguntado si era por los niños o por nosotros mismos...

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  4. Qué chuli, María!!!!! :)

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