"El secuestro"
Salieron en tropel todos juntos; la niña con casco y sus patines, el niño del monopatín, los demás con sus bolsas de deporte y el pequeño revoltoso, que corriendo invadió el carril bici, en el que un transeúnte con patinete tuvo que esquivar.
El intenso sol de mediodía daba a la tapia del cole un reflejo cegador. Sus padres charlaban. Había pasado la hora de la salida, del tumulto, pero de pronto un coche en el bordillo, un grupo de jóvenes y apenas unos segundos después…
¿Dónde está Matías? Preguntó su padre buscándole.
El
grito desgarrador silenció la calle.
Se me ha encogido el corazón
ResponderEliminar¡Trágica escena!
EliminarGracias por tu comentario. Esa era mi intención, despertar un sentimiento... aunque ya supiérais con el título, lo que iba a pasar.
Jopeta!!! Mª Angeles!!!
ResponderEliminarDuro, duro. Me he visto gritando yo😔
Pero, aunque cruda, es pura realidad un segundo y…. cambio total de vida 😢😩
Así es la vida...
Eliminarqué susto!
ResponderEliminar¡Sí! Susto y angustia. Temor...
EliminarUfff, ese miedo lo he tenido de manera constante cuando eran los nenes pequeñitos y no quería que fueran solos a jugar a las pistas
ResponderEliminarEl dilema universal, ¿sobreproteger/arriesgar?
EliminarPara los que somos padres.. perder de vista un hijo pequeño es lo más angustioso..
ResponderEliminarTienes razón, pero ¿sólo de ¡pequeño!?
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